Ayer se pusieron en contacto conmigo de Télam (la Agencia Nacional de Noticias de Argentina) para una nota acerca de la literatura LGBTI juvenil (YA). Cuando le pregunté a la periodista cuál había sido el disparador de la nota, me dijo que se había sorprendido al ver en las novedades editoriales del mes varios libros juveniles LGBTI.
Y les pido perdón por la autocita, pero si no van a leer la nota quiero que solo lean esto ;)
Creo que los padres heterosexuales no sienten la obligación de contarles a sus hijos un cuento con personajes LGBTI. Y esta obligación parte de un prejuicio muy arraigado: la presunción de la heterosexualidad. La no-creencia de que un hijo o una hija propio (o los hijos de sus hijos, o los hijos de sus hijos de sus hijos) pueda ser gay, lesbiana, bi, trans.
Se debe dejar de pensar la homosexualidad y las orientaciones sexuales e identidades de género diversas como algo ajeno, algo del otro, para dar un paso más hacia adelante en una sociedad sin LGTBfobia .
Pueden leer la nota acá
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