jueves, 30 de junio de 2016

El respeto NO se gana

Hace un par de días, por causa del Día Internacional del Orgullo LGBT (que se celebra en todo el mundo el 28 de junio), vengo viendo en Facebook numerosas imágenes que critican la forma en que se visten algunas personas que van a la Marcha: con poca ropa, con tanga, zunga, disfrazados, etc.

Y he tenido que leer, lamentablemente, comentarios tras los cuales se esconden ¡todavía! esos resabios de homofobia más rebeldes, esas palabras que hay que analizar bien para descubrir qué se esconde tras ellas: 

POR CULPA DE ALGUNOS QUEDAMOS MAL TODOS

y

EL RESPETO SE GANA

Afirmación peligrosa: si el respeto se gana, se afirma las personas diversas partimos/nacemos sin merecer el respeto.


Y bueno, NO. El respeto NO se gana simplemente porque no hay que hacer mérito para ser respetado. Una travesti que va disfrazada y llena de plumas a la Marcha debe ser respetada de la misma forma que el adolescente gay que va por primera vez; de la misma forma que la mujer lesbiana que va con su esposa; de la misma forma que el chico que va en tanga.

¿En serio hay que hacer mérito para ser respetado? ¿En qué consiste ese mérito, exactamente?

¿Ganar un nobel de física? ¿Ser un médico sin fronteras? ¿Donar dinero para la caridad?

PUES NO.

Ese supuesto mérito consiste en llevar la vida que el heteropatriarcado establece como respetable; el único estilo de vida que respeta: un contundente combo de monogamia y heterosexualidad, machismo mediante. 

El heteropatriarcado ha establecido qué le escandaliza y qué no. No le escandalizan las publicidades en las que las mujeres aparecen con poca ropa, ni los videos musicales en los que los hombres se rodean de bailarinas en tanga. No le escanzaliza que dos hombres se maten mutuamente (porque los hombres deben ser por naturaleza violentos, no se olviden). No le escandaliza que una mujer sea violada (porque la mujer debe ser sumisa, ¡y el hombre es violento, no se olviden!).

Al heteropatriacado le escandaliza:

Ver a dos mujeres besándose (o más)
Ver a un hombre llorando
Ver a una travesti, solo verla

Y le escandaliza la Marcha del Orgullo

La Marcha es un escupitajo en la frente del heteropatriarcado

¿Que no se sienten identificados con la imagen que se muestra de la Marcha?

Piensen que siempre habrá gente intentando desacreditarnos por cualquier cosa. Por cómo amamos, por cómo nos vestimos, por cómo educamos (o educaremos, en mi caso) a nuestros hijos. Y que esa gente se escuda en la imagen festiva de la Marcha para mostrarles a los demás una imagen negativa de nosotros. Si nunca fueron a una Marcha, los invito a ir a la próxima. No puedo hablar por los demás países, pero acá en Argentina la imagen que dan los medios es muy diferente de lo que es la Marcha en realidad.

Por favor, no reproduzcan el discurso heteropatriarcal que nos ha negado (y nos sigue negando) hasta nuestros derechos más básicos: el de amar. Si no les gusta ir disfrazados a la Marcha, no vayan disfrazados. Pero no les digan a los demás cómo tienen que ir, cómo tienen que celebrar la diversidad y reclamar por sus derechos. No se vuelvan cómplices del heteropatriarcado. Y no importa si vos sos L, G, B, T, I, A, P. Si sos hetero y cis, estoy segura de que alguna vez sufriste por culpa de este modelo de dominación en el que vivimos. 

Todos nos merecemos respeto, tanto vestidos como desnudos. 
 
El problema es lo que se nos exige para que "merezcamos" ese respeto.

lunes, 20 de junio de 2016

Nota en La Nación acerca de la literatura infantil y juvenil LGBTI


Otra vez me entrevistaron para hablar de literatura infantil y juvenil LGBTI ❤ Estoy muy contenta al ver que los medio de comunicación se interesan por el tema. Aunque es lamentable leer comentarios tan lgtbifóbicos como los que están dejando.

Pueden leer la nota acá.

viernes, 17 de junio de 2016

Dibujos de Sebastián y Jonathan, protagonistas de Cover

Estos dibus son obra de Perla, artista mexicana. Son Sebas y Johnny, los protas Cover, de la novela juvenil de temática LGBTI que terminé hace unos meses. ¡Muchas gracias, Perla!


Johnny recostado

Sebastián inclinado... sobre Johnny, aunque no esté en el dibujo ;)


Sebas y Johnny. Johnny, como pueden ver, es más alto y grande. Sebas es celíaco y siempre fue flacucho

jueves, 9 de junio de 2016

Nota en Télam acerca de la literatura LGBTI juvenil

Ayer se pusieron en contacto conmigo de Télam (la Agencia Nacional de Noticias de Argentina) para una nota acerca de la literatura LGBTI juvenil (YA). Cuando le pregunté a la periodista cuál había sido el disparador de la nota, me dijo que se había sorprendido al ver en las novedades editoriales del mes varios libros juveniles LGBTI.
 
Y les pido perdón por la autocita, pero si no van a leer la nota quiero que solo lean esto ;) 

Creo que los padres heterosexuales no sienten la obligación de contarles a sus hijos un cuento con personajes LGBTI. Y esta obligación parte de un prejuicio muy arraigado: la presunción de la heterosexualidad. La no-creencia de que un hijo o una hija propio (o los hijos de sus hijos, o los hijos de sus hijos de sus hijos) pueda ser gay, lesbiana, bi, trans.
Se debe dejar de pensar la homosexualidad y las orientaciones sexuales e identidades de género diversas como algo ajeno, algo del otro, para dar un paso más hacia adelante en una sociedad sin LGTBfobia .

Pueden leer la nota acá

martes, 7 de junio de 2016

Yo reseño: El arte de ser normal, de Lisa Williamson

Título: El arte de ser normal
Autor: Lisa Williamson
Editorial: Destino
Páginas: 416
Sello: Crossbooks (Planeta)
Sinopsis:
David Piper ha sido siempre un rarito. Sus padres piensan que es gay y el matón de la escuela lo considera un friki. Únicamente sus dos amigos saben realmente la verdad: David quiere ser una chica. El primer día en su nueva escuela Leo Denton sólo tiene un objetivo: pasar desapercibido. Pero, en cuanto llega, llama la atención de la chica más bonita de la clase. Y así su amistad comienza a fraguarse. Todo en sus vidas está a punto de cambiar porque ¡qué difícil es mantener secretos en la escuela Eden Park! ¿Qué significa para ti ser normal?




***


A los ocho años, en una actividad escolar, David tuvo que escribir qué quería ser cuando fuera grande. Y escribió: "yo quiero ser una niña". A partir de ese momento, será considerado el rarito de la escuela y sus padres aguardarán a que salga del armario porque piensan que es gay. Los únicos que saben que David es una chica son sus amigos Felix y Essie. La familia de David es bastante común: su madre, su padre y su hermanita menor, Livvy, quien también lo trata de rarito y que, en mi opinión, es un personaje bastante odioso.

David guarda cartas a sus padres en las que les explica cómo se siente, pero nunca se atreve a dárselas. Tiene miedo. Y cada día, observa su cuerpo masculino adolescente con terror. Sus pies y sus manos grandes, su vientre, su pene.

La novela, que transcurre en un pueblo de Inglaterra, está narrada en primera persona por los dos protagonistas: David y Leo.

Leo ha conseguido una vacante en la escuela de Eden Park, luego de haber tenido que abandonar su colegio anterior. Los rumores no tardan en surgir: todos lo tildan de psicópata, dicen que está loco y que fue expulsado de su colegio por cortarle un dedo a un profesor. Él, por su parte, no hace nada para disipar estos rumores o limpiar su reputación; se mantiene al margen de todos, de todo y muestra una actitud adusta, malhumorada y antisocial. Leo vive con su madre y sus hermanas en Cloverdale, una urbanización humilde. 

El contraste entre las familias de David y Leo es evidente. Mientras que David es de clase media, Leo roza la clase baja. Mientras la madre de Leo cambia de novio continuamente, la de David lo lleva a comprarse pantalones nuevos. Mientras el padre de David le saca fotos junto a su torta de cumpleaños, el padre de Leo abandonó a su mujer antes de que sus gemelos nacieran. Y mientras que en su casa Leo tiene que lavar los platos acumulados en el lavaplatos, el padre de David reprende a Livvy diciéndole que "en esta casa lavamos lo que ensuciamos".

Cuando David intenta hacerse amigo de Leo, este lo rechaza: quiere terminar la escuela sin ningún inconveniente para luego poder acudir a la universidad. Y, por sobre todas las cosas, sin enamorarse. Pero las cosas no le serán tan fáciles.


Bueno, me gustó mucho la historia y cómo se desarrollaron y desencadenaron los hechos, pero no me gustó la narración.

¿Por qué? 

* No empaticé con los personajes, que me parecieron muy planos. David no me convenció y Leo me pareció el estereotipo de chico antisocial. A pesar de que la novela está narrada en primera persona, no vi demasiada complejidad en ellos ni mucha profundidad.

* La narración es aburrida y muy mecánica para mí gusto. Pero entiendo que son dos voces adolescentes y que caer en lirismos no habría sido adecuado.

* Cuesta engancharse porque tiene un arranque muy lento, prácticamente no sucede nada hasta la página 200. Y son 414.



Sin embargo, es una novela muy linda de leer y toca temas que se agradece muchísimo que se aborden en la literatura juvenil. Aborda exitosamente la identidad de género, la pobreza y las desigualdades sociales, el abandono familiar, la amistad y el compañerismo. Es una historia muy realista, cosa que en un momento la hace rozar la crueldad. Pero lo más importante: siempre se trata a los personajes trans con respecto, sin caer en victimizaciones o paternalismos y sin patologizar su transexualidad.

Esperemos que sigamos teniendo la oportunidad de leer más historias con personajes trans :)

jueves, 2 de junio de 2016

Escritura: Consejos para escritores que quieran publicar con una editorial

Esta entrada surge a partir de oootra entrada que leí en un blog que no voy a mencionar, porque prácticamente estaría difamando a una persona (a varias, en realidad) y nada más lejos de mi objetivo. Comento esto para que comprendan el por qué de lo que voy a escribir a continuación.

La entrada decía que una escritora X había sido rechazada por una editorial y que en su Facebook había acusado a la editora de "no saber nada".

No conozco el caso, así que no puedo ponerme de ninguna parte.

Solo voy a darles un par de consejos basados en mi experiencia personal, que espero que les sirvan.

Mi principal consejo para quienes quieren publicar con una editorial y que hayan publicado textos en plataformas online (Wattpad, por ejemplo) es: no dejen que los lectores les inflen el ego. Y esto va, especialmente, para escritores jóvenes cuyos lectores también son jóvenes.

Mientras más alto se sube, más duele el porrazo

Observo con los ojos entrecerrados a los séquitos de seguidores. Y mi sincera opinión es que hay que saber cuándo tomar distancia. Detenerse a tiempo cuando nos damos cuenta de que estamos escribiendo "para ellos", cuando sentimos de que se están apoderando del libre albedrío de los personajes..., o del nuestro.

Les voy a poner el ejemplo:

* de Cassandra Clare y el Malec. El Malec comenzó siendo una hermosa relación gay con la que tal vez se podían sentir identificados muchos adolescentes homosexuales. Y terminó siendo cualquier cosa menos eso. Terminó siendo puro fanservice.

Y ahora les voy a hacer una pregunta:

¿Cuál fue el último libro publicado de Stephenie Meyer, la autora de la saga Crepúsculo?

Fue Vida y muerte: crepúsculo reinterpretado, una reescritura gender bender de Crepúsculo que se publicó el año pasado, en el décimo aniversario de la saga. ¿Y el anterior? Fue La huésped, publicada en el año 2008. Sí, siete años después de la última entrega de Crepúsculo, cinco años después de la novela corta (o relato largo) La segunda vida de Bree Tanner (2010). La huésped iba a ser una trilogía, pero se quedó en el primer libro. La huésped quedó en el olvido. Crepúsculo no. Diez años después, la autora no tiene nada nuevo que ofrecer más que un reciclaje de su obra estrella. No sé cuánto habrá crecido la autora en estos diez años, pero que luego de ese tiempo regrese con tal obra, da que pensar.

Esto que planteo puede ser fácil de entender, pero es muy difícil de llevar a cabo. ¿Por qué? Porque todo autor quiere que su público quede satisfecho, todos queremos que a nuestros lectores les guste lo que hacemos. Y en la actualidad, donde podemos estar en contacto fácilmente con nuestros autores favoritos, es más complicado aún. Y es máaas complicado aún cuando los escritores sabemos muy bien lo que les gusta a nuestros lectores.

Volvamos al ego.
El ego es el principal obstáculo con el que debe lidiar un artista, sea cual sea su rama del arte. Y el escritor crea personas, crea mundos, universos. Es como un dios. Y suele ser egocéntrico. Por eso en España, en los años de crisis, han surgido tantas editoriales estafa que, a pesar de todas las denuncias, siguen en pie. Porque se aprovechan de ese ego. A veces lo hacen de forma tan descarada que me resulta increíble que aún haya personas que les paguen para que las publiquen. "Por la plata baila el mono". Bueno, muchos escritores bailan por un contrato editorial cuyas cláusulas no acabarán de entender.

Y ahora volvamos a los lectores. ¿Qué son los lectores? Pues lectores. Y los editores, editores. Los lectores, por lo general, no suelen tener el criterio ni la formación para decidir si un libro es publicable. Los editores sí. Obviamente, los editores también comenten errores (conozco al editor que rechazó El mundo de Sofía y todos sabemos que JKR fue rechazada), pero la realidad es que muchas veces los editores saben lo que hacen. No publican "lo que les gusta", sino que tienen criterios específicos. La lectura que hace un editor (o el lector profesional que entrega un informe de lectura) no es la misma que la lectura que realiza un lector. Y los rechazos editoriales pueden ser por muchos motivos, no solo por la calidad del escrito.

Y por el mismo motivo: no se tomen tan a pecho las críticas negativas de los lectores.
A veces, un libro cae en las manos equivocadas. Una vez recomendé una novela en Facebook, una novela que considero maravillosa por su prosa exquisita y por la profundidad de los personajes, y una persona me dijo que la había empezado y la había aburrido mucho. Bueno, esa novela no era para ella. Listo.

Sí, las críticas negativas duelen. Por eso nunca reseño negativamente a autores que conozca o con quienes haya tenido contacto. Pero a todo el mundo no le va a gustar lo que escribas, es así. Siempre que se mantenga el respeto, hay que tomar lo que consideramos valioso y aprovecharlo. Y a la gente que quiere hundirte... a esa gente ni llevarle el apunte. ¿Se entendió? Ni-llevarle-el-apunte. No seguirles el juego jamás de los jamases. Seguirles el juego es peligroso, contraproducente y tóxico.

Recibí consejos de editores en dos ocasiones, respecto de dos novelas que publiqué. Y en las dos ocasiones, fueron consejos valiosísimos que me ayudaron a mejorar mis novelas. En una ocasión me resaltaron una falla: una falla que yo conocía y que por flojera no había querido reparar porque la novela me tenía cansada. No le había dado el tiempo necesario para reposar. Y el editor se dio cuenta de la falla y me la resaltó. Por supuesto, le di la razón y me tomé el tiempo para repararla. Quedé muy feliz con el resultado y le agradezco al editor profundamente.
Los editores saben, es simple. Se equivocan porque son humanos, pero el peor error que se puede cometer es no escucharlos. O peor, ponerse en soberbio y tratarlos de que "no saben nada".

Y por lo mismo, no atarse a los lectores, porque a veces, sin querer y con toda la inocencia y buena intención del mundo, pueden impedirle crecer a un escritor.
 
Por último: siempre, siempre respondan a los correos de los editores, aun cuando la respuesta sea una negativa. Los editores tienen muchísimo trabajo y si editor X se tomó el tiempo de responder el correo de un novato que los contactó solo para preguntarles si estaban recibiendo originales, eso habla muy bien de él. Digan muchas gracias por su tiempo, que tenga una buena semana. Y listo. Y ni hablar si el editor leyó la obra y está dando una devolución, aunque los esté destrozando. Respiren profundo y respondan al otro día más tranquilos.