lunes, 26 de noviembre de 2018

Yo reseño: La sangre que mató tu sonrisa, de Carlos Sanrune

Autor: Carlos Sanrune
ISBN: 978-84-943115-8-1
Formato: 23 x 15 cm
Nº de páginas: 262
Peso: 375 gr
Encuadernación: Rústica
Fecha de lanzamiento: Diciembre 2015
Precio: 15 Euros

Sinopsis:

Con el trasfondo de la segunda República y de la guerra civil española, en un Madrid convertido en el escenario principal de la tragedia que vive el país, se desarrolla la historia de Ángel y Manuel, dos muchachos pertenecientes a clases sociales opuestas a los que el destino ha unido desde niños mediante una relación de intensa amistad, que evolucionará con los años hasta convertirse en otra que deben mantener oculta a los ojos de los demás. Zoilo, por su parte, es otro muchacho llegado a la capital huyendo de la represión y del hambre imperante en el campo extremeño, miembro de una familia de jornaleros represaliada por una Guardia Civil al exclusivo servicio de los terratenientes, que no olvida sus raíces e intenta luchar, en aquellos años convulsos donde los oprimidos llegaron a creer que podrían ser dueños de su destino, por un mundo más justo. La vida de Zoilo se cruzará con las de Ángel y Manuel, al tiempo que se fragua la peor de las tragedias, provocada por aquellos que no quieren perder sus privilegios, lo que conllevará que cada uno de los muchachos adopte posiciones diferentes ante el conflicto, reflejo de las que enfrentan a los españoles durante aquellos años.

En un Madrid cruelmente bombardeado noche tras noche, donde el hambre, la destrucción, el miedo y el frío del invierno es lo único tangible, nacerá, como esas plantas que son capaces de crecer entre las piedras, una poderosa historia de amor entre dos de los muchachos, los cuales intentarán sobrevivir en medio de la barbarie y de la incomprensión social, que rechaza –desde todas las ideologías– la relación que a ellos une.

Crónica de un amor apasionado, es también la de los años más aciagos de la reciente historia española, los cuales no concluirán con el fin de la guerra, sino que se prolongarán para los perdedores durante mucho tiempo, aunque no conseguiría matar los sentimientos.






Si hubiera tenido el tiempo, habría terminado esta novela en un solo día. Tuve que repartir su lectura a lo largo de toda una semana; sufría cuando tenía que dejar de leer y me alegraba cuando podía retomarlo. 
En las primeras páginas conocemos a Paca, una mujer trabajadora humilde que pasa sus días lavando y planchando ropa ajena en las casas de las señoras pudientes de Madrid. Paca debe hacerse cargo de su familia cuando su marido enferma, y cuando doña Concepción Ormazábal le ofrece dinero a cambio de que amamante a Ángel, su hijo recién nacido, Paca acepta la oferta con la condición de que dejará la labor si su leche no alcanza también para Manuel, su propio hijo recién nacido. 

Así, ambos niños, hermanos de leche, crecen juntos a pesar de las marcadas diferencias sociales que los separan y van creando poco a poco un lazo que va más allá de la amistad. Ya en la adolescencia,  descubren que están enamorados, un amor que viven en secreto en un sótano polvoriento cada vez que se les presenta la oportunidad.

Pero las diferencias sociales siguen allí, más evidentes que nunca, ya que Manuel a sus once años debe trabajar en un colmado para ayudar a su madre, mientras que Ángel tiene la posibilidad de seguir estudiando. Y cuando comienzan a vislumbrarse las primeras señales de la guerra que se avecina, Ángel toma partido por su clase mientras que Manuel, como su madre, permanece en esa neutralidad desinteresada de quienes creen que las cosas jamás podrán cambiar para ellos, para los pobres. Esto se ve claramente en las decisiones que planean tomar respecto de su vida amorosa: Ángel sabe que tendrá que contraer matrimonio; Manuel no tiene ninguna obligación con nadie más que sí mismo. Tímido y de carácter dócil, sabe que no se traicionará a sí ni a ninguna mujer en busca de una felicidad que no alcanzará o de una apariencia que no necesitará mantener.

Implacablemente, estas diferencias le pasan factura a su relación. 

Y entoces aparece Zoilo, un muchacho extremeño nacido en Badajoz, hijo de un jornalero combativo que murió fusilado por la Guardia Civil. Zoilo llega Madrid para escapar de su pueblo; del hambre, de la violencia, de la explotación. Zoilo es comunista; tiene un espíritu revolucionario, rebelde, y tardamos poco en darnos cuenta de que es ese tipo de personas que llevan sus ideales hasta las últimas consecuencias. Sí, quedé fascinada con Zoilo, con su personalidad achispada, con su inquebrantanbilidad. 

Pasar las páginas de La sangre que mató tu sonrisa, de Carlos Sanrune, es como estar allí, en la buhardilla donde vive Manuel junto a su madre y su hermana, oyendo los bombardeos; sentimos la tristeza y la desesperación de Isabel, la novia de Zoilo, al darse cuenta de que no está perdiendo a su amado porque jamás fue suyo; observamos a las multitudes corriendo hacia los refugios, percibimos el hedor de sus cadáveres en las calles. Es como sumergirse en una película de la que nos entristece sospechar el inexorable final.

Lo que más me gustó de la novela, aparte de todo lo que ya mencioné, fue el narrador. Es un narrador que no permanece neutro, como Manuel, toma postura por la izquierda y en ocasiones lo hace desde un sarcasmo a veces sutil, a veces no tanto.

Mientras Madrid sangraba, la jerarquía de la iglesia católica calificaba aquella guerra injusta de “Cruzada”, de guerra santa, y el papa Pio XI, en Roma, bendecía a los aviones fascistas de Mussolini antes de que volaran hasta España para bombardear a aquellos hombres y mujeres que no querían doblegarse ante la bota militar de los poderosos.

Entre toda aquella sangre, el amor de Zoilo y Manuel será como un oasis que por un momento les hará olvidar lo que ocurre a su alrededor. Solo entre las sábanas de una cama alquilada podrán ser ellos mismos. Porque Zoilo ha reflexionado acerca del tema: los homosexuales no son bienvenidos ni por la derecha (obviamente y hasta el día de hoy), ni por la izquierda. Ese odio compartido lo llena de pesar.

¿Era posible que tanto las ideologías reaccionarias, como el fascismo o la de la iglesia católica, compartiesen aquella aversión al diferente con otras que buscaban la liberación de los hombres, como el comunismo o el anarquismo? ¿Era posible que el rechazo fuese tan universal para aquel género de amor, aquel que él sentía por Manuel y que era, estaba seguro, el más puro que alguien podía sentir? Se preguntaba aquello entristecido y confuso, incapaz de encontrar respuesta. Entonces recordaba lo que decía Manuel al respecto, aquello de que llegaría un momento en que el ser humano, cuando evolucionase, aceptaría la diferencia de los otros, incluso en aquel terreno.

Ojalá Zoilo hubiera vivido en estos tiempos, me decía mientras leía esos párrafos. Lo imaginaba en la contramarcha de la Marcha del Orgullo de Buenos Aires (no conozco la de Madrid), llevando alguna bandera del Partido Obrero. O tal vez en su casa, porque quizá pensaría que la Marcha se volvió muy kirchnerista. Entonces recordaba que estaba leyendo una novela, sonreía, me secaba las lágrimas y seguía leyendo. 


Muchas gracias a la editorial Amistades Particulares por el ejemplar

miércoles, 14 de noviembre de 2018

Yo reseño: Sock it to Me, Santa!, de Madison Parker

Título: Sock it to Me, Santa!
Autora: Madison Parker
Formato: digital
ISBN: 9781301456376
Idioma: inglés

Sinopsis:

Ryan is assigned to Jamie Peterson for his class's secret gift exchange. If word gets out that he has to make a handcrafted gift for flamboyant and openly gay Jamie, Ryan will be the laughing stock of the school. 

It's a good thing no self-respecting boy would be caught dead in a craft store, because otherwise he'd be at risk of being spotted when his mom drags him to her weekly craft workshops. He hopes Jamie will appreciate all the trouble he's going to for this assignment. 

Finding the perfect gift is gonna be tricky. Jamie deserves something good, though, after all the crap he has to put up with at school. At least, Ryan tells himself that's the reason he's putting so much thought into the gift. It couldn't be that he has feelings for Jamie, could it?

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Acabo de terminar de leer esta novela corta y quedé encantadísima. La conocí gracias a Melissa, quien administra conmigo y un par de chicos más la fanpage de Literatura juvenil LGBTI. ¡Gracias, Mel, por la recomendación!

A pesar de que está en inglés, es corta, sencilla, fácil de entender y se lee rápido. ¡Así que vamos con la reseña!

Como dice la sinopsis, en el curso de Ryan están jugando al Secret Santa (algo así como el amigo invisible), un juego en el que cada chico tiene que hacerle un regalo artesanal (hecho a mano) a un compañero asignado por sorteo. A Ryan le toca Jamie, un chico que físicamente él define como un emo twink (en la jerga gay de USA, un twink emo sería un chico delgado, a veces bajito, de aspecto delicado y que lleva el pelo lacio y el flequillo al costado, tipo emo).

Ryan sabe que es gay (él mismo) y que Jamie también lo es. Pero, mientras que Ryan está en el armario y ni siquiera su madre lo sabe, Jamie es abiertamente gay y no le importa lo que los demás piensan de él. Siempre pasa el tiempo con sus dos amigas y es miembro del club de tejido. Lamentablemente, su actitud le vale ser el blanco de los bullies del colegio y que los chicos consideren que hablar con él es sinónimo de muerte social.

Y en esa encrucijada se encuentra Ryan cuando tiene que hacer los regalos para Jamie.





El mejor amigo (o mejor compañero) de Ryan es Mike, quien lamentablemente no es de mucha ayuda en el asunto. Se burla de Jamie diciendo que tiene fairy fingers (dedos de hada; dedos gays) cuando se preguntan cómo pudo tejer una bufanda en un día y mantiene todo el tiempo una postura homofóbica. 

Lentamente, Ryan se va interesando en Jamie... con la complicación de que no quiere ser visto hablando o caminando con él, porque no desea ser blanco del mismo bullying. 

Ryan vive solo con su madre y su hermanita menor, ya que su padre falleció. Ambas son personajes muy agradables y es Charlotte, la madre, quien ayuda a Ryan con los regalos, ya que trabaja en una tienda de artesanías. 

Como les dije, la novela se lee muy fácil y rápido. Está narrada en primera persona desde el punto de vista de Ryan y, a pesar de que es corta, los personajes me parecieron muy bien perfilados. Un detalle que me gustó de Jamie es que se muestra tímido y cortado en la escuela (seguramente para no llamar la atención), cuando en realidad es un chico alegre y para nada tímido.

Bueno, ¡les recomiendo mucho esta pequeña novela! Es corta y a pesar de que no tiene una trama súper original, es una historia hermosa. Creo que tranquilamente podría leerse en las escuelas. Se me cayeron un par de lagrimitas de felicidad con el final (estoy sensible, sí). Espero que le den una oportunidad, estoy segura de que les va a gustar ; )

jueves, 1 de noviembre de 2018

Yo reseño: Tim, una historia de vida escolar, de Howard O. Sturgis

Tim, una historia de vida escolar
Autor: Howard O. Sturgis
ISBN: 978-84-945199-4-9
Formato: 23 x 15 cm
Nº de páginas: 142
Encuadernación: Rústica con sobrecubierta
Fecha de lanzamiento: Septiembre 2016
Precio: 14,5 Euros


Esta novela emocionará hasta a los lectores más duros. Publicada en 1891, narra la historia de Tim, un muchachito sensible y delicado, que se enamora perdidamente de otro chico un poco mayor que él, rubio, bello y popular, compendio de muchas de las características de la masculinidad. La trama se sitúa, en parte, en el internado del antiguo y prestigioso colegio de Eton (donde aún hoy en día siguen estudiando los futuros miembros de la élite británica), a donde Tim, dejándose llevar por sus sentimientos, sigue al amigo con el deseo de estar junto a él. Allí se encontrará con la incomprensión y el rechazo de la mayoría de los alumnos, que no aceptan su diferencia y, también, con una absurda estratificación social entre el alumnado, que le impide cumplir el objetivo que lo ha llevado hasta aquel colegio. Su relación continuará fuera del internado, donde Tim tendrá que enfrentarse a las reacciones que sus sentimientos provocan en los otros, pues no los aceptan o directamente no los entienden.

Publicada inicialmente de manera anónima (tal vez porque comienza con la famosa frase del lamento de David por Jonatán, Tu amor para mí fue maravilloso, más que el amor de las mujeres), en su momento cosechó un gran éxito, tanto de crítica como comercial. E.M. Forster, el famoso autor de “Maurice” o “Pasaje a la India”, diría de ella que es una hermosa y melancólica historia. Algún estudioso actual ha dicho que «este es un ejemplo del tipo de literatura que no se publicaría hoy en día, pues en la historia se alude a sentimientos para los cuales la lengua inglesa parece no ser ya adecuada». Nadie, posiblemente, escribiría en estos tiempos una novela así, lo cual la hace más atractiva, más necesaria, porque, en verdad, esta tierna y desgraciada historia de amor es intemporal, como lo son los sentimientos de Tim.

Nunca hasta ahora –cuando lo hace Amistades Particulares, 125 años después de su exitosa publicación–, fue traducida al español.




Si bien actualmente estoy dedicándome a la literatura young adult (escribiendo, leyendo y colaborando con editoriales), con las satisfacciones y las decepciones que implica un género tan comercial, en cuanto leí la sinopsis de Tim, supe que quería conocerlo. Me llamó la atención que haya sido escrita en el siglo XIX y que fuera una historia protagonizada por adolescentes. 

Tim vive en Stoke Ashton, una zona campestre ubicada al oeste de Inglaterra. Vive solo con su niñera, la señora Quitchett, ya que su padre está hace años en la India por cuestiones de negocios y su madre, aparentemente, murió cuando Tim era recién nacido. 
 
La historia comienza en la infancia de su protagonista y con un pequeño accidente. Sin querer, en medio de una cacería de perdices, el joven Carol Darley le dispara con su arma y, a pesar de que solo lo roza, Tim cae desmayado de puro terror. El disparo bien podría haber sido obra de algún Cupido distraído, porque a partir de ese día, Tim sentirá por Carol un amor y una admiración incondicionales. Para Tim, Carol es un ángel, la personificación de la absoluta perfección, y desde ese día vivirá solo por y para él. 

Tim es pequeño, sensible, delicado; muy poquita cosa, según palabras de su niñera. Y si bien nunca lo dice, su padre, el señor William Ebbesley, también piensa lo mismo cuando regresa de la India y se enfrenta con su hijo, que demasiado lejos está del muchacho perfecto con el que había fantaseado.

A partir del regreso del señor Ebbesley, un muro infranqueable se construye entre padre e hijo. El primero no puede ni se esfuerza en demostrarle amor; y el segundo está demasiado asustado por esa repentina presencia como para sentir algo más o menos cercano al afecto y solo podrá sentir un respeto que más bien se acerca al miedo.

William Ebbesley se opone, entonces, a la amistad de los muchachos. ¿Es porque siente celos del amor de su hijo? ¿O le parece humillante que Tim ame lo que nunca podrá ser ni poseer?

Así, se forma una especie de triángulo amoroso entre Tim, su padre y Carol; un triángulo del que nadie resultará vencedor, ya que ningún amor es, en última instancia, correspondido con el mismo sentimiento.

Los días en Eton, el famoso colegio británico, no serán fáciles al principio para Tim. Es cuatro años más pequeño que Carol y al principio sufrirá por causa de la lejanía de su amado, ya que los alumnos novatos solo pueden aspirar a ser "sirvientes" para los mayores. En este sentido, se agradece mucho el prólogo escrito por el editor, en el que nos cuenta estos detalles acerca de Eton y reseña brevemente la vida y la obra del autor. Afortunadamente, fuera de la rígida jerarquía de la escuela, Tim y Carol pueden reencontrarse y retomar su amistad. Pero si bien nada cambia para Tim (sigue amando a su amigo con la misma intensidad), Carol ya tiene casi veinte años y se ha enamorado de Violet, una hermosa chica que llega una tarde a su casa, acompañada de su madre.
«Tu amor para mí fue maravilloso, más que el amor de las mujeres»
El sentimiento que Carol le inspira a Tim es un amor puro e inocente, carente de todo erotismo o deseo sexual. Lo más enternecedor es que su amor tampoco es egoísta y no duda un instante en sacrificar sus sentimientos para intentar hacer feliz a Carol. Violet, por su parte, es un personaje frío, pedante y celoso, y no concibe que su novio quiera pasar el tiempo con Tim, a quien considera un "pequeñajo desagradable". Tim me recordó mucho a Har, el protagonista de Manor, de Karl Heinrich Ulrichs: su amor y devoción, su delicadeza, su candidez y, finalmente, su desenlace. Pero mientras Har lucha por el amor que siente por Manor (que es correspondido), Tim se encuentra desde el principio absolutamente resignado.

«Carol escuchó, con asombro y no carente de remordimientos, la descripción de los sentimientos que de manera inconsciente él había provocado en su amigo. Mientras escuchaba, se olvidó de sí mismo, de Violet, de su amor por ella, de todo, contemplando la devoción que emanaba de aquel corazón tan pequeño, pero tan elevado, tan puro y tan desinteresado, que había sido suyo, todo suyo, sin que él lo supiese y sin que siquiera llegase a imaginarlo.»


Recomiendo mucho esta hermosa novela y advierto de antemano que no me hago cargo de los corazones rotos que pueda dejar.

Muchas gracias a la editorial Amistades Particulares por el ejemplar.