miércoles, 20 de diciembre de 2017

Yo reseño: Para acabar con Eddy Bellegueule, de Edouard Louis


Título: Para acabar con Eddy Belleguele
Autor: Édouard Louis
Formato: rústica   
Páginas: 192
Editorial: Salamandra
ISBN: 9788498386486
   
Sinopsis:

Salí corriendo de repente. Sólo me dio tiempo a oír a mi madre, que decía Pero ¿qué hace ese idiota? No quería estar con ellos, me negaba a compartir con ellos ese momento. Yo estaba ya lejos, había dejado de pertenecer a su mundo, la carta lo decía. Salí al campo y estuve andando gran parte de la noche: el ambiente fresco del norte, los caminos de tierra, el olor de la colza, muy intenso en esa época del año. Dediqué toda la noche a elaborar mi nueva vida, lejos de allí. 

«La verdad es que la rebelión contra mis padres, contra la pobreza, contra mi clase social, su racismo, su violencia, sus atavismos, fue algo secundario. Porque, antes de que me alzara contra el mundo de mi infancia, el mundo de mi infancia se había alzado contra mí. Para mi familia y los demás, me había convertido en una fuente de vergüenza, incluso de repulsión. No tuve otra opción que la huida. Este libro es un intento de comprenderla.» 
Édouard Louis 

***

Pocas veces un libro me dejó un sabor tan amargo y desagradable. Para acabar con Eddy Belleguelue es una novela autobiográfica y saberlo hizo que el sabor agridulce se transformara en agrio; o en amargo, como dije. Vamos a la reseña y les cuento por qué.

Eddy es un niño que vive en un pueblo obrero de Francia, un pueblo muy muy pobre. Allí, los hombres se dejan la salud trabajando en la fábrica metalúrgica y las mujeres tienen que conformarse con la maternidad (muchas veces temprana) y las tareas de la casa; en la propia o en las de los demás. La familia de Eddy no es la excepción. Su padre trabaja en la fábrica y continuamente sufre de dolores de espaldas que lo dejan echado en la cama temporadas enteras; y su madre ha quedado relegada a las tareas del hogar. 

Eddy es un niño afeminado y continuamente sufre tanto el acoso de sus compañeros de escuela como el de su propia familia: algo raro hay en él, ya que no se comporta como un hombre. Su voz es más aguda, mueve las manos al hablar y camina meneando las caderas. Eddy afirma que de su infancia no tiene ningún recuerdo positivo. Palabras realmente muy duras. 

Para Eddy, como para muchos niños y adolescentes homosexuales o trans, la huida es la única opción.

No es necesario leer entre líneas para darse cuenta; ya en la sinopsos advertimos que esta huida es al mismo tiempo: la huida de la homofobia que sufre en su pueblo y la huida de la pobreza. Sin embargo, el rechazo que siente el personaje por la pobreza, al menos superficialmente, no se basa en la injusticia social sino en la vergüenza de ser pobre:

Todavía me está costando dolores tremendos y noches sin dormir esa negligencia de mi familia y de mi clase social, y ( ... ) algunos compañeros me preguntaban Pero ¿por qué no te llevaron tus padres a un ortodoncista? Esas mentiras mías. Les contesté que mis padres, unos intelectuales que se pasaban un poco de bohemios, le daban tanta importancia a mi formación literaria que descuidaron a veces los temas de salud.

Si hay algo que no me gusta encontrarme ni en la vida real ni en un libro, aparte de la LGBTfobia, es el clasismo. Y hablo muy en serio: he terminado de relacionarme con gente por ese motivo. Quizá por eso la novela, sinceramente, no me gustó. Me inquieta mucho el clasismo cuando lo veo en otras minorías.

Eddy no solo decide huir de su pueblo, sino también de su clase social, repudiándola:

Los finales de mes en que a mis padres no les llegaba el dinero para comprar carne, comíamos pescado varios días seguidos. De ahí me viene este asco. En la actualidad me repugna ese plato tan apreciado en los ambientes a los que he conseguido llegar.

En fin. Una historia muy dura, tristemente realista. El resultado de lo que el odio produce en las personas: más odio.

Si se preguntaron el porqué del título, Para acabar con Eddy Bellegueule, hay que encontrarlo en la vida real del autor, ya que es una metáfora: Eddy Bellegueule se cambió el nombre a Edouard Louis.

viernes, 1 de diciembre de 2017

Yo reseño: El fuego en el que ardo, de Mike Lightwood

Título: El Fuego en el que ardo
Autor: Mike Lightwood
Editorial: Neo
Número de páginas: 384
Sinopsis:

Ser gay puede complicarte mucho la vida. ¿Todas esas películas y series que te cuentan lo maravilloso que es ser gay? ¿Estar rodeado de compañeros modernos en el instituto que te quieren como eres? ¿Padres que te apoyan incondicionalmente? Todo es mentira. La realidad no es esa. Al menos, no la del protagonista de esta historia, que vive un auténtico infierno por culpa de aquellos que no lo aceptan como es. Pero, cuando las cosas se complican de verdad, conoce a un chico de ciudad con una visión del mundo completamente distinta. Con su ayuda, deberá escoger entre dejarse consumir por las llamas de quienes lo odian o renacer de sus propias cenizas.


***


Ya se ha hablado mucho de este libro. Y por las reacciones que leí en Goodreads y en blogs, puedo decir que es uno de esos libros que sea aman o se odian. Obvio, hay puntos intermedios, pero la gran mayoría se divide en esos polos. ¿Y yo? Yo no soy de la mayoría, así que estoy en el medio, jaja. Chistes aparte, comencemos con la reseña.

Óscar es un chico de dieciséis años que vive en un pueblo de España. Vive con su padre, un hombre maltratador que continuamente lo ataca verbalmente y en ocasiones físicamente; y su madre, quien acepta de forma pacífica y resignada el maltrato de su marido. María, la hermana del protagonista, se fue de la casa hace un tiempo, cansada de su padre.

Óscar sufre bullying por ser gay. Algo ha ocurrido en el pasado (algo relacionado con su examigo Darío) que en la actualidad ha provocado que en su escuela sea el blanco de burlas y hasta de violencia física. No sabemos muy bien qué pasó, pero lo sospechamos. Y luego, nuestras sospechas se confirman. Por suerte, Óscar cuenta con el apoyo de Fer, su mejor amigo (con quien antes conformaban un trío de amigos: Óscar, Darío y Fer). 

La constante tensión en que vive Óscar lo ha llevado a automutilarse. Cortarse con maquinitas de afeitar. Nadie sabe de esto, ni siquiera Fer. Para intentar defenderse de sus agresores, Óscar se anota en clases de judo, donde conoce a Sergio, el chico que lo salva de su infierno.

Bueno, hasta acá el argumento principal y lo que puedo contar sin ser spoiler. 

Se ha dicho que este libro trata de forma muy superficial el tema de la automutilación. No conozco el asunto, pero sí puedo afirmar que trata de manera muy superficial la depresión que ha llevado a Óscar a automutilarse. Eso lo comparto. Sin embargo, también se le critica que sea una persona (en este caso, el novio), quien salva al protagonista de su depresión y que el personaje no supere sus problemas por su cuenta. Se le ha criticado que sea pasivo, que acepte el acoso al que es sometido. Y esta sí que no me parece una crítica válida. Creo que el público se ha acostumbrado tanto a los personajes "fuertes" de las novelas fantásticas (Harry Potter, Katniss Everdeen, por nombrar un chico y una chica), que esperan lo mismo de las novelas realistas actuales (antes no había tanta YA realista). En una reseña leí esto "su problema no es ser gay, su problema es que es tonto". No sé si la persona que hizo esta reseña es muy joven o si vivió su vida en una torre de cristal (o si sencillamente su objetivo es hablar mal del libro por algún motivo X), pero acusar de tonto a la víctima del acoso me pareció demasiado. Echarle la culpa a la víctima es uno de los mecanismos más perversos de la violencia. Chicos y chicas se suicidan por culpa del acoso LGBTfóbico. Y salir de la depresión no es algo que se pueda hacer por uno mismo. Se necesita terapia, apoyo familiar, apoyo de los amigos y en ocasiones medicación psiquiátrica.

Y desde luego, no será suficiente con un romance de pocas semanas que se da de un día para el otro. 

Porque el romance entre Óscar y Sergio se da rápido y de forma superficial. Sergio es el estereotipo del chico perfecto... Pero bueno, la novela está narrada en primera persona y el lector recibe solo la perspectiva del protagonista y la perspectiva de Óscar es esa: Sergio es perfecto y es su héroe. Y la novela termina cuando aún están en la etapa del enamoramiento (que los psicológos afirman que dura, como mínimo, un año). Sí, Oscar necesita lo que Sergio pueda darle. Necesita ese romance para superar su depresión. Pero se habría agradecido que el asunto se tocara de forma más realista/adulta. En síntesis, el poder curativo del amor en la novela está exagerado. 

También me causó mucha bronca que se criticara a la madre por lo mismo que a Óscar, por ser sumisa y aceptar pasivamente el maltrato del padre. Y es que no puedo entender que, en un momento donde la lucha por la violencia de género está tan vigente, se siga culpando a la mujer por soportar esta violencia. Lamentablemente, la madre de Óscar es un caso típico: no trabaja y depende económicamente de su marido. Y a eso se le suma el "acostumbramiento psicológico" que padece. No es fácil ser fuerte. Ser débil, en todos los aspectos de la vida, siempre es más fácil y cómodo. No es fácil soltarse las cadenas y salir al mundo para sobrevivir por uno mismo.

Por otro lado, la novela cae en los tópicos de persona buena/mala. El padre de Óscar es malo. Los acosadores de Óscar son malos. Fer es bueno, Sergio es bueno. En ese aspecto, el desarrollo y la profundidad de los personajes se quedó en la superficie. Quizá el personaje más interesante de la novela sea Darío, a quien no terminamos de conocer. Me habría gustado conocer más al padre de Óscar y quizás entender el porqué de tanta violencia gratuita. Me habría gustado conocer más a Sergio y que se saliera de su molde de chico perfecto para mostrarnos sus defectos.
Pero bueno, no se puede negar que la historia, a pesar de ser tan idealizada, transmite cierta esperanza.

Yo compré el libro digital, así que eché de menos ver la maquetación, que ya en el eBook es muy bonita. ¡Me imagino que el libro de papel debe ser una hermosura! Hay ilustraciones, posts del blog del prota y chats de whatsapp. Quizá en el libro se abusa un poco del recurso del chat, pero de verdad que leer las conversaciones entre Sergio y Óscar, aun cuando hablan de banalidades que nada aportan a la historia (como la mayoría de nuestras conversaciones de wasap, me temo), me tuvo sonriendo como boba :)

Cambiando el tema, quiero hablar de las reacciones que leí en blogs acerca de este libro. Algunas me dejaron tristemente sorprendida. Y es que advierto que mucha gente ya lo odiaba incluso antes de que saliera a la venta. Hay reseñas donde lo destrozan de forma descarada y maleducada; incluso faltándole el respeto al autor. Y no es necesario decirle "hija de puta" a una persona para insultarla, ¿me entienden? Realmente, me entristece mucho ver tanto hater, tanto odio gratuito... y más cuando se refiere a una persona que está contando una historia de acoso homofóbico. Realmente no lo entiendo.

En fin.

Luego de esta reseña, cada uno elegirá si leerlo o no.

Por último, no puedo hacer más que desearle mucho éxito a Mike Lightwood, que no haga caso a los haters y que siga escribiendo literatura LGBTI :)