lunes, 18 de julio de 2016

Yo reseño: Yo, Simon, homo sapiens, de Becky Albertalli


Título: Yo, Simon, Homo Sapiens
Autor: Becky Albertalli
Editorial: Puck
Páginas: 280
Formato: Rústica con solapas

Simon ha hecho lo impensable: ceder al chantaje de Martin. O Simon se las ingenia para que su amiga Abby salga con Martin o este… le hablará a todo el mundo de los correos electrónicos. De los correos electrónicos que Simon, escondido tras un seudónimo, intercambia con un tal Bluegreen, que es el chico más divertido, desconcertante y adorable que Simon ha conocido nunca. 
Y es que Simon, pese a su afición al teatro, prefiere no exponer a los focos su identidad sexual… al menos de momento. Sin embargo, seguirle la corriente a Martin no será la solución a sus problemas, sino más bien el comienzo de un enorme embrollo. 
¿Qué hará Martin si no consigue conquistar a Abby? ¿Cómo reaccionará Abby si se entera del chantaje? ¿Qué pensará Bluegreen de Simon si la intimidad de ambos queda comprometida? Y, la cuestión más importante: ¿Quién demonios es Bluegreen? 



Como tal vez se hayan dado cuenta, estoy obsesionada con las novelas LGBTI juveniles que son tendencia en este momento. ¡Me compro todo lo que sale! Tenía muchas ganas de leer este libro porque hacía varios meses que lo veía en blogs, Youtube, Instagram. Y creo que estaba demasiado ilusionada con la historia que tenía para contar. Demasiado ilusionada. Lamentablemente, el libro me decepcionó mucho. Ahora les cuento por qué.

Bien, como dice la sinopsis, Simon es gay. Nadie lo sabe. Ni sus "enrollados" padres, ni sus hermanas mayores, ni sus amigos; Nick, Leah y Abby. La novela comienza cuando Simon, sin  querer, deja su casilla de correo abierta en una computadora de la biblioteca del colegio. Un problema, porque, desde hace un tiempo, intercambia mails con un chico misterioso apodado Blue. El tal Blue también es gay, está en el armario y acude a la misma escuela. El detalle es que ninguno conoce la identidad del otro. Desgraciadamente, un chico llamado Martin lee los mails, comprende la situación y comienza, como dice la sinopsis, a chantajear a Simon  para que "le haga gancho", como diríamos en Argentina, con su amiga Abby.

A partir de ese momento, la vida de Simon se dividirá en intentar, sin esforzarse mucho, a cumplir con el chantaje para que Martin no revele que es gay; y a tratar de descubrir la identidad de Blue, ya que poco a poco se ha ido enamorando de él.

La novela se estructura de dos maneras: por un lado, el día a día de Simon, narrado en primera persona; y, por el otro, los correos que intercambia con Blue. El detalle, al menos para mí, es que lo más interesante de la novela fueron los mails. El día a día de Simon es aburrido y está narrado de forma muy monótona. Esto ocurre porque las subtramas son demasiado débiles y, salvo algunas escenas, pareciera que el día a día de Simon es el relleno que separa cada tanda de emails. 

Por otro lado, no hay un desarrollo profundo de los personajes: todos son planos, incluido el protagonista, del que no sabemos casi nada. Lo único que sabemos es que tiene diecisiete años, es fan de Harry Potter y... y... Bueno, diría que es "normal", diciendo con eso que no tiene ninguna característica que resalte demasiado.

Creo que algunos libros juveniles intentan crear empatía con sus lectores esbozando personajes con los que ellos se sientan identificados (podríamos detectar el comienzo de este boom de primeras personas en Crepúsculo). Y por eso mismo, logran crear empatía, pero una empatía superficial y engañosa. Porque el lector termina "rellenando", inconscientemente, la falta de desarrollo del personaje con su propia subjetividad. Lo cual da, como resultado, personajes planos para los lectores más maduros. La estrategia no funciona con lectores que no son parte del público objetivo de estas novelas. Y no funcionó conmigo.

Rebobinando.

Respecto de la identidad de Blue, también resulta demasiado obvio quién es. Al menos para el lector, para quien la estrategia resulta evidente. Tenemos al chico que Simon piensa que es. Al chico que el lector sospecha que es. Y al chico que ninguno de los dos sospecha que es, pero del cual se ha dado una descripción física detallada y no mucha más información. Es obvio. 

Lo bueno de la historia es que, más allá de que es una novela mala, es una historia de amor linda. La salida del armario no es trágica; el acoso escolar, si bien está presente, tampoco lleva al protagonista a la desesperación. La relación de los chicos, cuando se consuma, es muy-muy tierna.

Habría sido interesante, para mí, que fuera un poquito más profunda.