viernes, 22 de junio de 2018

Yo reseño: Enemigo mío, de Barry B. Longyear (mpreg)



Pedí recomendaciones de historias con mpreg en mi Facebook y esta novela corta fue la que más llamó mi atención. Cuando leí que había ganado los premios Hugo y Nébula, supe que estaba ante algo que valía la pena. ¡Y no me equivoqué!

En Enemigo mío no vamos a encontrar escenas de acción, ni guerras intergalácticas, sino una historia intimista y personal. 

Los humanos están continuamente en guerra contra los dracs en pos de la colonización del universo. Los dracs son seres antropomorfos de color verde, ojos amarillos, manos con tres dedos y... hermafroditas. Sí. Para mofa de los humanos, a los que solo se les enseña a asesinarlos, los dracs pueden autofecundarse.

Willis Davidge es un piloto de guerra que se ve obligado a aterrizar en un planeta desconocido junto a un drac, Jeriba Shigan. El comienzo de la novela nos sorprende en medio de una batalla cuerpo a cuerpo: Davidge enfrentándose contra Shigan... sin embargo, pronto el lector advierte que tal batalla no es tal...

Lentamente, Davidge y Jerry (así ha decidido el humano llamar a su compañero de naufragio) van conociéndose y aprendiendo sus respectivas culturas. Jerry le recita toda su genealogía y Davidge se sorprende al ver que su nuevo amigo se sabe de memoria la historia de su linaje, que abarca más de cien generaciones de dracs. Davidge apenas sabe que su abuelo se dedica a la agricultura.

Enemigo mío es una novela que trata acerca de la amistad, esa amistad tan profunda que se funde con el amor, y de las fobias que padecemos las personas. El odio sin sentido que se profesa hacia un grupo cultural, una religión o una etnia, simplemente porque nos resulta ajena, desconocida o incomprensible. En este caso, los habitantes del planeta Draco, del que los humanos saben poco y nada.

Sin embargo, en la novela no hay un bien ni un mal. Ni los dracs son las víctimas ni los humanos los victimarios. Ni viceversa. El odio infundado es mutuo... y Davidge, luego de ser rescatado, deberá enfrentarlo en carne propia: para los humanos, él se ha convertido en un «amante de los reptiles» tan repugnante como los mismos dracs. Y por eso, se siente un extraño en su propio país, en su propio mundo.

A la deriva, Davidge decidirá ir en busca de un mundo para sí mismo.

Les recomiendo mucho esta novela corta, incluso si nunca les llamó la atención el mpreg. Es sencillamente hermosa. Y tiene película, que voy a ver en un ratito :)