jueves, 18 de abril de 2019

Yo reseño: Introducing Teddy, de Jessica Walton y Dougal McPherson



Autores: Jessica Walton y Dougal McPherson (il.)

Editorial: Bloomsbury

Año: 2016

ISBN: 978-1-4088-7762-3

Sinopsis:

Errol and his teddy, Thomas, are best friends who do everything together. Whether it's riding a bike, playing in the tree house, having a tea party, or all of the above, every day holds something fun to do.

One sunny day, Errol finds that Thomas is sad, even when they are playing in their favorite ways. Errol can't figure out why, until Thomas finally tells Errol what the teddy has been afraid to say: "In my heart, I've always known that I'm a girl teddy, not a boy teddy. I wish my name was Tilly, not Thomas." And Errol says, "I don't care if you're a girl teddy or a boy teddy! What matters is that you are my friend."




Compré este libro el año pasado, por Bookdepository. Me llamó la atención que hubiera sido publicada por Bloomsbury y las reseñas que leí en internet me encantaron, así que me decidí. Quiero comentar que existe una edición en español, publicada en España por la editorial Algar, quienes la tradujeron como Ahora me llamo Luisa

Introducing Teddy nos cuenta la historia de Errol y su osito, a quien en el comienzo del cuento nos presenta como Thomas. Errol y Thomas juegan en el jardín, toman el té y se divierten juntos. Sin embargo, un día Thomas no tiene más ganas de jugar y cuando Errol le pregunta qué le pasa, se lo dice con miedo: si te lo digo, tal  vez no quieras jugar más conmigo. Y es que hace rato que Thomas sabe que no es un osito: es una osita. Y no podía estar más equivocada, Errol recibe la noticia con absoluta naturalidad y comienza a llamarla por su nombre de género, Tilly

La historia también nos presenta a Ava, una amiga de Errol, una nena que se divierte armando robots y que también recibe con naturalidad que ahora Thomas sea Tilly. 

Muchas veces nos preguntamos cómo reaccionarían les niñes ante la transexualidad, la homosexualidad y todas esas cosas que pensamos como "de gente grande". La realidad es que elles no lo problematizan, no se hacen la cabeza, no discriminan, no se horrorizan. Puede que pregunten, que sientan curiosidad, pero de ninguna manera van a discriminar a las demás personas como sí hacemos les grandes. 

Las ilustraciones y las situaciones acompañan las emociones de los personajes: Tilly está triste y a su alrededor todo se vuelve gris. Cuando se saca su moñito del cuello y se lo coloca en la cabeza, su entorno recobra el color. Errol juega a  tomar el té, un entretenimiento culturalmente asociado a las nenas; mientras que Ava arma robots con herramientas y un manual de instrucciones. De esta forma, el cuento también nos baja línea acerca de los roles de género: no hay juegos de nenas o nenes, solo hay juegos: nuestros personajes toman el té, comen sándwiches en la casa del árbol, plantan verduras en el jardín. 

Aunque está en inglés, creo (creo) que tranquilamente puede ser compartido con niñes que estén aprendiendo el idioma, ya que tiene un nivel básico, las oraciones son cortas, hay bastantes diálogos y, como en todo libro álbum, predominan las ilustraciones. 

Lo recomiendo mucho!

jueves, 11 de abril de 2019

Yo reseño: Solo quedó nuestra historia, de Adam Silvera

Editorial: Puck
ISBN: 9789874132031
Páginas:320
Publicación:11/05/2018
Idioma: español


Sinopsis:

Cuando Theo, el primer amor y exnovio de Griffin, muere ahogado en un accidente, su universo estalla. A pesar de que Theo se había mudado a California para asistir a la universidad y había comenzado a salir con Jackson, Griffin nunca dudó de que Theo regresaría con él cuando fuera el momento indicado. Pero ahora, el futuro, todo lo que tenía pensando para su vida, se está derrumbando. 

Para empeorar las cosas, la única persona que de verdad comprende el dolor de su pérdida es Jackson. Pero sin importar cuánto se sinceren el uno con el otro, Griffin continúa hundiéndose en su dolor. Comienza a perderse en sus obsesiones y elecciones destructivas, mientras todos esos secretos que tiene tan bien guardados podrían destruir su vida para siempre. 

Si Griffin quiere reconstruir su futuro, primero deberá enfrentarse a su pasado, a cada pieza desgarradora del rompecabezas de su vida.




Solo quedó nuestra historia es un libro que sangra. No hay forma posible de que salgas de este libro de la misma forma en que entraste. Es una historia que conmueve, que sacude, que de alguna forma te invita a reflexionar acerca de todas esas ideas que nos han inculcado acerca del amor. 

El exnovio y mejor amigo de Griffin , Theo, ha muerto en un accidente. Griffin está devastado: en ningún momento dejó de amar a Theo y solo rompió con él para... Bueno, en realidad ni Griffin sabe para qué o por qué. Theo se iba a estudiar a California y su noviazgo habría tenido que ser a distancia, pero seguían amándose. Poco a poco, a través de continuos saltos al pasado, Adam Silvera nos introduce en esta historia de amor, culpas y duelo. 

Griffin nunca se imaginó que Theo se pondría de novio de nuevo, que seguiría adelante con su vida... y que en el funeral de Theo tendría que enfrentarse con Jackson, ese chico tan parecido a él mismo con el que tiene tanto en común. El actual novio de Theo. 

Griffin destaca una y otra vez que Jackson es la única persona que sabe/entiende cómo se siente. Yo opino que no es así: Jackson no puede saber cómo se siente Griffin simplemente porque no es Griffin. De la misma forma, Griffin no puede entender cómo se siente Jackson. Sin embargo, juntos intentan lavarse las heridas que dejó la muerte de Theo e intercambian anécdotas y partes de su historia con el otro.

Digo que la novela invita a reflexionar acerca del amor porque Griffin tiene un concepto del amor muy idealizado, como tal vez todos los adolescentes... y bastantes adultos. Nuestra existencia es tan fugaz y tememos tanto a la muerte que planeamos nuestra vida al detalle; y nuestra vida puede terminar en un abrir y cerrar de ojos, en el momento menos pensado, una mañana en una playa acompañados por nuestra pareja.     

Si Theo y yo estamos destinados a estar juntos de nuevo, entonces, eso sucederá por su cuenta.

Error.

Griffin piensa que Theo regresará a él y continuamente nos habla del destino, como si este fuese la fuerza misteriosa que controla su vida y la de Theo. Aún no comprende que él mismo tiene las riendas de su vida y que si en verdad quería seguir con Theo, terminar con él (y sentarse a esperar que Theo también se sentara a esperar) no tenía ningún sentido. Griffin está desesperado por volver a estar con Theo, pero nunca le dice: te amo, quiero que volvamos a ser novios. 

Técnicamente ya no estamos saliendo, pero aún somos bastante cariñosos el uno con el otro y es claro que ninguno de los dos intenta seguir con su vida.

Y acá se desprende el asunto de las expectativas que ponemos en nuestras parejas, a veces sin siquiera comunicárselas:

—Tú rompiste con él.
—No se suponía que él seguiría con su vida al día siguiente con una versión falsa de mí —replico.

Y es que a veces tenemos la creencia errónea de que nuestra pareja debe saber lo que queremos en el momento en que lo queremos. Y a veces creemos saber lo que nuestra pareja piensa o quiere. 

El único que se atreve a decirle a Griffin que es egoísta es Wade, el amigo que quedó relegado cuando Griffin y Theo se pusieron de novios. Particularmente, el personaje de Wade me causó un poco de rechazo: es un poco tosco y dice las cosas de frente, sin anestesia. Esa tosquedad a veces choca con la extrema sensibilidad de Griffin. Sin embargo, creo que todos necesitamos a veces que nos digan las cosas de esa forma. 

Dije que la novela invita a reflexionar acerca del amor, pero creo que invita a hacerlo acerca de todas las esferas de nuestra vida. Griffin se estanca en el presente esperando por un futuro y sin hacer nada para que ese futuro llegue. Finalmente, ese futuro nunca llega. 


¡Muchas gracias a Leo Teti por el ejemplar!

martes, 9 de abril de 2019

Yo reseño: Jim en el espejo, Inger Edelfeldt


Título: Jim en el espejo
Autora: Inger Edelfeldt
Editorial: Lóguez Ediciones
Nº Páginas: 186
ISBN: 9788485 334414

Sinopsis:
Jim en el espejo es la historia de un adolescente que, poco a poco, va descubriendo que él no es como los demás chicos. A los quince años se da cuenta de lo que pasa: las chicas le dejan indiferente. Pero es al conocer a Matt, cuando comienza el enfrentamiento con sus padres, con la sociedad. Jim comprende y asimila que el amor entre dos hombres no es algo despreciable, sucio.




 De los libros que compré por Bookdepository el mes pasado, este era el que más esperaba. Le tenía muchísimas ganas y creo que, hasta cierto punto, no me esperaba algo tan bueno porque las únicas dos reseñas que leí no le hacen tanta justicia (a mi parecer, claro).

Comencemos hablando de la edición, que es muy bonita. Si no les interesa el tema pueden saltearse esta parte ;) Las cubiertas están impresas en cartulina  a cuatro colores y tienen un laminado mate. El papel interior es un papel ecológico ahuesado de bastante calibre al punto de que hacen parecer la novela más larga de lo que es. La novela tiene 186 páginas foliadas, pero la cerraron en 192 (seis cuadernillos de 32 páginas cada uno, con cuatro páginas de cortesía al final). La encuadernación es rústica sin solapas y el pegado es binder.

Ahora, sí, hablemos de la novela en sí.

Jim tiene doce años cuando tiene que trasladarse junto a sus padres a la gran ciudad, que en este caso es Estocolmo. La novela comienza aproximadamente en el año 1969 (sí el año de Stonewall) y finaliza en el 1975; es un recorrido por la adolescencia de nuestro protagonista hasta su llegada a la adultez.

En la escuela, Jim no lo pasa bien. No entiende por qué sus compañeros se la agarran con él, por qué lo molestan, por qué lo empujan contra el barro y le estropean su abrigo nuevo. Piensa que es porque tiene las mejores notas, porque es el mejor de la clase, porque es inteligente y los demás son tontos. Sus padres, lamentablemente, no son de mucha ayuda. Ulla-Britt, su mamá, lo sobreprotege demasiado (un afán incomprensible por controlarlo todo);  y su papá, Harald, piensa que hay que ser fuerte, macho, y superar todos los obstáculos que se nos ponen en el camino. Jamás acepta que a su hijo realmente le pasa algo y que solo nunca podrá salir adelante.

Así, Jim va encerrándose cada vez más en sí mismo, refugiándose en los libros, hasta que conoce a Uffe, un compañero de clase mayor que él. Uffe es todo un machito: habla de tetas, de motos, de cigarrillos, pero es, a pesar de todo, quien saca a Jim un poco de su burbuja. Jim, de alguna manera, admira esa rebosante masculinidad de Uffe porque es lo que él no será jamás. Sin embargo, al mismo tiempo lo desprecia:

—Ahora no he acertado con la llave, pero, pero cierto, que soy un as en acertar con el agujero —cloqueó Uffe, y su hembra suspiró cansada.
Qué ridículo es, pensé; ¿es realmente así como hay que ser?

La novela está narrada en primera persona por Jim, pero al comienzo de cada capítulo encontraremos unos breves párrafos en itálica: palabras de su madre que nos adelantan un poco lo que sucederá en el capítulo, visto desde su perspectiva. Así, nos enteramos bien rápido de que Ulla-Britt está sumergida en un matrimonio infeliz, ya que Harald, cuando no está trabajando, le es infiel con otras mujeres.

A los quince años, Jim por fin se da cuenta de que es homosexual y llama a su orientación sexual su secreto corazón

Más o menos a los 16 o 17 años, Jim por fin encuentra un grupo de compañeros inteligentes y estudiosos con quienes hablar de filosofía, política y con quienes pasar el rato. Y en una fiesta de uno de ellos conoce a Mats, un muchacho un par de años mayor de aspecto un poco estrafalario, teatral y medio geek, que lo seduce casi con descaro y lo lleva a su casa.

Mats es totalmente adorable. Se da cuenta de lo que le pasa a Jim, no lo presiona, lo apoya... y cambia su vida totalmente. Jim por fin descubre el amor, el tacto de otra persona, los besos, el sexo. Comprende que ser gay es normal, que son los demás quienes deben cambiar, no él. Lentamente, Jim se contagia del sarcarmo de Mats, así como todas las personas, después de cierto tiempo, nos contagiamos alguna cosita de nuestra pareja:

Porque dos hombres no pueden amarse. Sobre todo, dos hombres no hacen el amor. Es curioso que uno pueda quedarse dormido como un lirón, con un sueño profundo y armonioso, después de una experiencia tan vergonzante. Es curioso que uno no se deshaga después, pálido y ojeroso, y marcado para siempre por sus perversiones, sino que se ría, hable y viva como una persona normal. Pero lo más extraño de todo es que uno tenga incluso la osadía de ser feliz.

Porque por fin Jim, después de tanto sufrimiento, es feliz. 

Al principio de la novela, cuando Jim atraviesa una fuerte depresión, dice que se siente irreal. Siente que no existe y que tiene miedo de desaparecer. Esto lo interpreté de la siguiente forma: como todo a su alrededor es heterosexual y él se siente tan diferente, no se ve reflejado en nadie. No se identifica con nadie. Y como nadie es gay a su alrededor (no abiertamente), Jim siente que él mismo no existe. Y que no tiene derecho a existir. 

De eso se trata la novela: de la búsqueda de la propia identidad; es un perfecto bildungsroman. Jim no quiere ser un hombre machista e infiel como su padre, no quiere condenarse a la mediocridad. No quiere casarse con una mujer y ser infeliz por siempre. No quiere ser lo que los demás esperan que sea: hacer el servicio militar, estudiar en la universidad una carrera respetable. Pasó tanto tiempo complaciendo a sus padres que ya está harto. Quiere verse en el espejo y verse a sí mismo, no a otro. Y Mats lo ayuda a alcanzar esa libertad. 

Pues bien. La novela me encantó, como podrán apreciar :) Y es que es escalofriante (y triste) como una novela que tiene casi cuarenta años que trata sobre la homosexualidad sigue tan vigente en nuestros días. Les aseguro que al principio me costó situarla temporalmente y pensé que estaba ambientada en los 90 solamente porque no se mencionan computadoras ni celulares.

Lo más vigente de la novela, más que la homofobia en sí, es el machismo dentro de la homofobia. El hecho de que todos le den el visto bueno a las infidelidades de Harald, mientras que Jim mantenga una relación amorosa y monógama con un hombre es algo terrible. Parece que la homosexualidad solo fuera aceptada cuando se oculta. 

Pero mi amor tiene que ser defendido y explicado; uno se siente como una cebra que continuamente tiene que explicar por qué tiene rayas. ¿Por qué acabaste así? ¿Por qué os fuísteis a vivir juntos? ¿Por qué sois tan felices? ¿Por qué tenéis tiestos en las ventanas como la gente normal?

Me declaro fan de esta novela. Me interesa tanto todo lo que tiene que ver con ella: quisiera saber cómo fue su publicación, si a la autora le costó encontrar editorial (¡Inger Edelfeldt tendría 21 años cuando la publicó!), cómo la recibió el público en su momento, a cuántos idiomas fue traducida, a cuántos países llegó... En fin. Que si supiera sueco, lo usaría de tema de monografía para el seminario de LIJ que estoy haciendo.
De más está decir que súper recomiendo esta novela. Lamentablemente en Argentina solo está disponible comprándolo por Internet. ¿Les llama la atención?

lunes, 1 de abril de 2019

Yo reseño: Como una película en pausa, de Melina Pogorelsky

Título: Como una película en pausa 
Autora: Melina Pogorelsky
Colección: Novelas
N.º Páginas: 104
Formato: 130x215 mm
Encuadernación: Rústica

Sinopsis:
Damián empezó a salir con una chica de otro grupo, y Flora y Luciano se dieron cuenta de que estaban enamorados de él. Una historia de amor y amistad contada con los momentos de todos los días.




Me enteré de la existencia de esta novela gracias a un compañero de la facultad que trabaja en una librería de mi barrio. No la conocía y en cuanto vi que se trataba de una novela LGBTI y, además, 100% argentina, no dudé ni un segundo en encargarla. Tenía muchísimas ganas de leerla y quedé encantada.

Como una película en pausa está narrada por Luciano (Lucho para sus amigos y su familia) en primera persona. Como dice la sinopsis, Luciano tiene dos amigos, Flora y Damián, con quienes comparte todos los días de su vida. Pero hay un detalle: Luciano es gay y, si bien sus amigos lo saben, no hablan de ello.

La homosexualidad de Lucho es un secreto a voces, como la de muchos chicos y chicas. Alguien me dijo una vez que el secreto a voces duele más que el propio secreto, porque le hace pensar a la persona que su homosexualidad (bi, trans) es algo de lo que no se debe hablar. Sí, seguramente los demás lo hacen para no incomodarlo o esperan que la otra persona dé el primer paso. El drama es cuando la persona espera que los demás den ese paso... y nunca nadie lo da. Y con el tiempo, el secreto duele más.

Por eso es tan importante que se escriban, se publiquen, se difundan y se reseñen novelas como esta. Para que poco a poco dejemos de ver las orientaciones sexuales las identidades de género diversas, y los géneros no binarios como algo de lo que no se debe/puede hablar.

La mamá de Lucho (pobre) es ese tipo de madre que, en su afán por mostrarse moderna o piola, presiona hasta el hartazgo a su hijo con el asunto de la novia: piensa que entre Flora y Luciano hay algo. Y sí, Lucho está harto. Piensa/sabe que su madre no se tomará bien la noticia de que es gay y solo comparte el secreto con su hermano, Mauro, quien no le da demasiada importancia al asunto. Día a día, Lucho tiene que soportar la presunción de la heterosexualidad de parte de su familia. Yo, que edito cuentos infantiles LGBTI, no puedo dejar de sorprenderme (y de reírme para mis adentros) cuando algunas personas dicen que "les leerían estos cuentos a sus hijo para que no discriminen a los demás". Es genial que digan eso, pero ¿en serio? ¿Cómo se puede saber la orientación sexual de alguien que aún no ha sido concebido? ¿No será mucho? Y atención: hasta que no nos libremos de la presunción de la heterosexualidad que Lucho tiene que soportar en su casa de parte de sus padres, no podremos hablar de una sociedad libre de homofobia.

Al respecto, al principio hay una escena bastante cómica que me pareció muy simbólica: en el jardín de infantes, Luciano se escondió en un baúl. Cuando su madre cuenta la anécdota, ella dice que fue en un armario.



Por otro lado, Flora me pareció un personaje encantador y me enterneció el cariño que Lucho y Damián sienten por ella: se preocupan de su introversión, ya que aparentemente, Flora sufre de baja autoestima por ser gorda. Todo el tiempo le insisten para que salga de su casa.

Nos dice Luciano en uno de sus monólogos internos:

«No mamá, Flora no va. Dejá de pensar que estoy con ella. Flora no va porque está para atrás y siempre tiene una excusa para encerrarse. Y no estoy con ella porque me gusta más Damián que Flora. Porque soy puto, mamá. Callate, no me preguntes más por ella».

Hay varios momentos de este tipo. Momentos en los que Luciano quiere decirlo, pero no se atreve. Momentos en los que quiere callar a su madre, a su padre. Toda la novela está escrita así, en ese tono fresco y desenfadado que nos hace sentir que el protagonista nos está contando la historia al oído.

Me sorprendió la utilización de la palabra puto. Y como reviso mis analíticas seguido y sé que la mitad de las visitas de este blog provienen de México, les explico el uso de esta palabra en Argentina. La palabra puto es un asunto que los hombres gays adultos, por lo general, ya han superado. Así como ocurrió con la palabra queer, que comenzó siendo un insulto, la palabra puto es protagonista de una resignificación mediante el empoderamiento. Se trata de apropiarse del insulto: tomarlo como propio y así quitárselo simbólicamente a quienes lo utilizan para humillar y denigrar.

Me encantó la novela y lo único que lamenté fue que sea tan corta. Aunque eso también tiene un lado bueno: no voy a tardar mucho cada vez que la relea. Porque sí, ¡tengo pensado hacerlo muchas veces! Muchas gracias a Melina Pogorelsky a Edelvives por esta hermosa novela.

miércoles, 27 de marzo de 2019

Yo reseño: Mi primer amor, de Brane Mocetič, ilustrado por Maja Kastelic

Título: Mi primer amor
Autor: Brane Mocetič, ilustrado por Maja Kastelic
Formato: rústica
Páginas: 48
Editor: Edicions Bellaterra
ISBN 9788472907538

Cuando tenía 6 años, tuve un gran amigo en el parvulario. Estábamos siempre juntos, en el patio, en el comedor, y cuando íbamos de excursión formábamos pareja. 
Pero eso a las maestras no les gustó y nos separaron. Y nos hicieron sentir que nuestras emociones no eran correctas.
Cuando me hice mayor, entendí que no tenían derecho a hacernos eso. 




Compré este libro por Bookdepository, porque fue publicado en España. Tampoco está en inglés y me parece que ni siquiera está en esloveno, el idioma nativo del autor y la ilustradora.

Comencemos por la edición. Es un libro sencillo, pero cuidado en su sencillez. Las cubiertas son de papel ilustración a cuatro tintas con un laminado mate y los interiores también son de papel ilustración a cuatro tintas, pero de un calibre menor. Si bien la tripa está pegada al lomo, los cuadernillos (4 de 12 páginas cada uno) están cosidos entre sí.

Vamos con la historia en sí. 

Es un cuento muy sencillo y corto. Nuestro protagonista, que no tiene nombre, se muda del campo a la ciudad con su madre y, como ella tiene que trabajar, lo manda al jardín de infantes. Allí conoce a un chico llamado Francisco al que le gusta meterse en peleas y que lo defiende cuando los otros niños se meten con él. El protagonista es caracterizado como un niño solitario, algo triste, tímido. Mientras que Fran es más avispado y valiente. 




Y como dice la sinopsis, la amistad entre estos dos niños llama la atención de las maestras. Los separan, los censuran, les hacen sentir que hay algo mal con ellos.



Después de varias lecturas, la semana pasada se lo mostré a una de las profes del seminario de literatura infantil que estoy haciendo. Ella lo leyó en un par de minutos y me preguntó: ¿qué te pareció? Habría dicho "es hermoso, me encantó", pero no pude hacerlo porque 1) estaba frente a una autoridad en el tema y habría sido una respuesta muy banal y 2) habría mentido. Mirándolo fríamente, me pregunto qué público tenía el autor en mente cuando lo escribió; el público que tuvo en mente la editorial. Porque es un cuento que deja la homosexualidad o el cariño entre estos niños como algo negativo. Se da la censura de parte de las autoridades escolares, esa especie de castración, si se quiere, y no hay lugar para la rebeldía ni siquiera en su expresión más inocente. 

Es decir, el conflicto no se resuelve.

De hecho, si prestan atención en la sinopsis, hay un intento de resolver este asunto desde una intervención paratextual; el último párrafo de la  sinopsis dice "cuando me hice mayor, entendí que no tenían derecho a hacernos eso". Bueno, esto no existe en la historia: el cuento termina antes de que el protagonista se haga mayor. La palabra derecho es una palabra muy fuerte, cosa que me hace pensar que este libro sería más útil para los adultos.

Por otro lado, no hay mucha sinergia, digamos, entre imágenes y texto. Dicen lo mismo, no se aportan nada entre sí, el libro podría funcionar solo con las imágenes. Habría que ver si fue decisión editorial.

Dejando eso, destaco que es el primer libro infantil que hallo que retrata una relación de cariño/amor entre dos niños (los únicos que conozco son los publicados por mí en Bajo el arcoíris). El 99% de la literatura infantil LGBTI trata de familias homoparentales o de la identidad en un sentido más personal que en relación con esa persona especial. Creo que lo valioso de esta obra reside en eso: que viene a romper con "el catálogo" en que el resto de la literatura infantil LGBTI (sin querer, porque tienen que existir libros de familias homoparentales) pone la homosexualidad como "algo de adultos".

lunes, 18 de marzo de 2019

Yo reseño: Perros de nadie, de Esteban Valentino

Título: Perros de Nadie
Autor: Esteban Valentino
Editorial: Ediciones SM
Páginas: 109
Fecha de Publicación: Junio de 2008

Sinopsis:

Bardo y Nueve son dos adolescentes rivales enfrentados en una trama de violencia. El escenario: La villa, la marginalidad, la soledad.

Ambos se animarán a transitar otros caminos. Pero la vida pone sus reglas y se reserva, implacable el final de cada historia.








El fin de semana voy a un festival de metal muy grande, el Maximus Festival, y todo el tiempo veo las publicaciones de la gente en la timeline del evento. Nunca comento, pero ayer alguien escribió: «si vemos algún negro robando, lo agarramos entre todos».
Le puse: «y si vemos algún blanco robando, ¿qué hacemos?». Coseché tres likes y una respuesta tonta tipo «lo mismo, no discriminamos». «Ah, me pareció, entonces».

Esta novela está protagonizada por dos adolescentes que serían llamados negros por esas personas.

Bardo tiene catorce años y vive en una villa. Para mis visitantes no argentinos; acá se le llama villa (o villa miseria) a un barrio marginal, un barrio donde las casas son de chapa o cartón, las calles de tierra y donde a veces no llegan los servicios más básicos. Lo que en Brasil llaman favelas. Bardo vive con sus tres hermanos y su mamá en una casilla de dos habitaciones. No tiene padre y su madre casi no está ya que se pasa el día entero trabajando. Es Sandra, su hermana un año menor, quien se encarga del hogar y de llevar a sus hermanitos a la escuela.

Nueve no vive dentro de la villa, sino en sus inmediaciones igual de pobres y, como Bardo, también se dedica a robar en compañía de su banda.

Cada muchacho tiene un amigo adulto que, desde sus posibilidades, intenta sacarlo de la vida que lleva y quienes serán, en última instancia, quienes escriban los destinos de ambos.

Nueve tiene a Don Eleazar, un mecánico que arregla autos mediante rituales africanos. Sí, como lo leyeron. Se pinta el cuerpo con grasa de animal, se pone un taparrabos, una vincha de plumas... y baila y canta junto a Nueve para arreglar los autos que llegan a su taller.

Bardo tiene a Hugo, un carpintero que no puede ni arreglar un banquito. Ambos mantienen con los muchachos una relación de padre-hijo, ya que los chicos no tienen padre ni contención de parte de ningún adulto.

«Ellos no tienen nada en sus manos, carpintero. Y mucho menos su destino. Caminan hacia donde los lleva el viento. Y los vientos de estos días los llevan hacia el carajo.»

Sin embargo, cuando la banda de Nueve ataca a la Elizabeth, una travesti amiga de Bardo, la enemistad entre las bandas llega al límite. Resalto que el ataque no es lgtbfóbico; los chicos no atacan a Elizabeth por ser travesti. De hecho, aparentemente no se dan cuenta de que es una travesti y "solo" la atacan para robarle el supuesto dinero que hizo con sus clientes (nada, si vamos al caso).

Estoy haciendo un seminario de literatura infantil y juvenil, y la clase pasada hablamos acerca de los temas que son complicados de abordar en esta literatura. Surgieron el sexo, la política, la muerte. Y esta novela salió a colación del sexo y la identidad sexual, ya que, como dije, unos de los personajes principales es travesti. Se trata de Hugo, el carpintero (y no es un spoiler, ya que nos enteramos ni bien comienza la historia), quien de día intenta arreglar banquitos (sin éxito) y de noche se pone un vestido, sus medias caladas, una peluca... y se para a esperar los autos, aunque nunca se sube a ninguno. Fue muy refrescante ver cómo Bardo acepta totalmente la identidad diversa de Hugo/Elizabeth hasta el punto de tomar su ataque como una afrenta personal.

Otro tema difícil que aparece en la novela y que quiero mencionar es el embarazo adolescente. Cuando vemos a una adolescente embarazada, ¿qué es lo que inevitablemente se nos pasa por la cabeza? Bueno, creo que no se nos ocurriría felicitarla. Pensaríamos desde cosas como pobre, madre tan joven, no va a disfrutar su juventud, hasta... hasta cosas que no voy a escribir porque las considero prejuiciosas, ignorantes y groseras. Ya me entienden.

Pero ¿se nos ocurriría pensar que tal vez la chica decidió quedar embarazada? ¿Podemos imaginarnos lo que los ojos de esa chica que vive en una villa vieron en sus escasos dieciséis años? ¿Podemos entender lo que vivió y lo que vive? ¿Lo que siente? Si no podemos, realmente, ¿cómo es que nos atrevemos a juzgarla?

Y por eso es interesante esta novela, porque nos muestra eso que no conocemos, esa otra perspectiva, ese punto de vista que no entendemos simplemente por pertenecer a otra realidad menos desafortunada: nos muestra a esa adolescente que desea ser madre, a esos chicos que roban para comer y para comprarse unas zapatillas.

Recomiendo mucho esta novela. Creo que abriría muchas mentes, a pesar de ser tan cortita.