viernes, 29 de abril de 2016

Cover, mi nueva novela LGBTI

No recuerdo exactamente cuándo sentí el fogonazo que premonicionaba una nueva novela. En realidad, creo que se trató más bien de un deseo. Si estás leyendo esto y sos escritor, quizá sientas que escribir en medio del fogonazo es peligroso. Para mí lo es porque es eso: un fogonazo que luego se va apagando hasta desaparecer por completo. Cuando tengo fogonazos, suele tratarse de cuentos o relatos y los escribo muy rápido: una hora (Milo), una semana (Lilium) o un mes (La rueda del tiempo). Digo que el fogonazo es peligroso, además, porque obviamente una idea no es una novela. Sin embargo, el fuego de estos dos chicos ya me estaba quemando a mí. 

Los personajes de mi nueva novela me están molestando. Estan en mi cabeza, en mi habitación, en mi cama. Uno tiene puesta una remera de Whitin Tempation y dice «¿y? ¿Para cuándo?». El otro lo mira y sonríe. No tiene apuro. 

Publiqué este estado de Facebook el año pasado, por septiembre/octubre, si mal no recuerdo. Ya tenía la idea principal y los personajes estaban tomando más forma dentro de mí. No había escrito una línea. Necesitaba conocerlos un poco primero, darles vida en mi cabeza. Lo malo es que casi no tenía tiempo. 
En septiembre comencé con los trastornos cervicales que estoy padeciendo hasta el día de hoy y por los que estoy siguiendo un tratamiento bastante riguroso. Voy a una osteópata una vez al mes, no levanto nada de peso y no paso más de una hora seguida en la PC. Después de tres meses, tengo la postura muchísimo mejor, pero los malestares de náuseas, mareos y tensión en el cuello persisten; se alivian, aunque lentamente. Pasé bastante tiempo tirada en la cama, pensando en mis chicos y descubrí que no necesitaba la computadora para escribir: podía dictarle la novela a mi celular. Así que me hice con el Word para Android, el Dropbox y un teclado que reconoce puntuación (Swype & Dragon). 
Hoy, después de casi tres meses, tengo la novela casi terminada. Me faltarán unas 30/40 páginas de Word. La novela ya tiene 90.000 palabras. Tiene una extensión normal, no es larga ni corta. Seguramente llegará a 100.000, pero no creo que sobrepase las 120.000. 

Sí, sí... Pero ¿de qué trata? 

De un adolescente de 16 años que se da cuenta de que es gay cuando se enamora de su mejor amigo. Jonathan Duarte es el nerd de la clase. Le gusta leer, coleccionar cactus y escuchar metal. Cuando comienza el anteúltimo año de la secundaria, ingresa un chico nuevo: Sebastián Vikstrom, un chico que dice estudiar canto en el conservatorio municipal. Y Jonathan, que nunca ha tenido un compañero de clase al que pueda llamar amigo, se siente interesado por este nuevo alumno. 
Es una novela acerca del primer amor, del descubrimiento personal, del fin de la adolescencia. 
Un consejo que siempre le doy a quien me dice que quiere escribir es: que lea. ¡Y que lea de todo! Mientras leía un libro de mujeres que quieren ser madres, vi allí a Eleonora, la madre de Sebastián. Lenny es madre soltera por decisión propia: acudió a una clínica de fertilización. Por lo tanto, Sebas no tiene padre y me encantó escribir acerca de la estrecha relación que tiene con su mamá. 
También me fascinó escribir acerca de la relación que tiene Jonathan con su hermana Valeria (14): cuando era chica, Vale tuvo leucemia y Johnny fue su donante. 
La novela se llama Cover porque Sebastián canta en una banda de covers de metal sinfónico: Nightwish, Therion, Amberian Dawn, etc. 
La novela también toca el tema del abuso sexual intrafamiliar. Hoy por la mañana vi un cartel en Facebook que describía claramente la situación. Decía que las víctimas sufren secuales similares a las de las personas que van a la guerra, "no seas cómplice, denunciá!". No la guardé, pero ese era el mensaje.

¿Qué más puedo contarles sin ser muy spoiler?




Bueno, que es romántica. Que hay sexo y tuve que atarme las manos (o la lengua) para no ser demasiado explícita (recuerden que es una novela juvenil). 
¡AH! ¡Y que en ella está mi primer varón transexual! 
Sí, hacía mucho que quería incluir un chico trans, pero no encontraba el lugar. El personaje se llama Christian y tiene 16 años, como los protagonistas, porque fue compañero de Sebastián en su antiguo colegio. 

 Y ahora sí, me callo... ¡porque si no voy a terminar spoileando!

1 comentario:

Unknown dijo...

Me quede fascinada con este adelanto de tu novela y me encantaría poder leerla. Creo que seria muy interesante, me quedo por tu blog. Un beso, Luján.